lunes, 17 de agosto de 2009

RECOMPENSA Y CASTIGO

¿Por qué hacen los niños lo que hacen? La conducta es formada por sus consecuencias — la recompensa y/o el castigo recibido. Si usted desea ver ciertas conductas, debe recompensar al niño por envolverse en esas acciones.

Sin embargo, si desea ver menos de cierta conducta, puede hacer una de dos cosas:



1.-Castigar al niño cuando exhibe la conducta indeseable.



2.- Remover las recompensas que han servido para mantener la conducta indeseable.



Recuerde, sin embargo, que dos personas no son completamente iguales en lo que buscan. El castigo a un niño pudiera ser como la recompensa para otro.



Así que esté alerta a las diferencias individuales.



Al castigar por la mala conducta, esté consciente que las acciones del niño pueden ser una manera para llamar la atención o para ganar posición. Un adulto sin conocimiento muy bien puede caer dentro del esquema inconsciente de un niño y reforzar la conducta indeseable. Aun cuando usted intente castigar a un niño, el hecho de que él llama la atención o lo pone a usted en una lucha de poderes, puede dar al niño la recompensa deseada — el niño gana al meterlo a usted en el problema. Consecuentemente, separación social y aislamiento, manejado por un adulto en una manera calmada, es frecuentemente una buena estrategia para castigar.



REGLAS



Aquí hay algunas guías básicas para desarrollar y usar reglas



1. Provea estructura y seguridad estableciendo reglas razonables y

claras para la edad y habilidad del niño.

2. Haga reglas cortas y expréselas positivamente si es posible.

3. Sea claro acerca de las consecuencias si no se siguen las reglas.

4. Pida a los niños que ayuden a hacer algunas de las reglas.

5. Donde las reglas no sean necesarias, dé limites específicos dentro de

los cuales el niño deba funcionar.

6. Según la edad y capacidad aumentan, amplíe los límites y negocie

nuevamente las reglas, envolviendo al niño en las decisiones tomadas.

7. Sea firme, consistente y justo en la aplicación de reglas.









11 Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor,

ni te ofendas por sus reprensiones.

12 Porque el Señor disciplina a los que ama,

como corrige un padre a su hijo querido.



Proverbios 3 11:12

ADOLESCENCIA

Esta etapa se describe con dos palabras claves: posición y sobrevivencia. En esta etapa el joven se prepara para el matrimonio, la independencia del hogar; en fin es la transición a la edad adulta, Aquí el joven peleara por una posición en la sociedad y por sobrevivir en ella. En esta etapa el adolescente pasa por muchos cambios físicos como emocionales .



-Diez años. Está bien ajustado, altamente sensitivo a la justicia, seguro, obediente y apasionado por el hogar. Es descuidado en su apariencia y no se interesa en el sexo opuesto.



-Once años. Es caprichoso, incansable, rebelde y pendenciero. Es dado a largos períodos de silencio y argumenta con los padres y hermanos.



-Doce años. Mucha de la turbulencia de los once años ha desaparecido. Viene a ser más razonable y tolerante. Es más influenciado por sus compañeros, más independiente de sus padres, y llega a ser dolorosamente consciente de su apariencia. Por primera vez demuestra interés en el sexo opuesto.



-Trece años. Es intratable, distraído y muy sensitivo a la crítica. Es tenso, crítico y ampliamente consciente de sí mismo. Tiene menos amigos que el año anterior, pero los que tiene son mucho más cercanos.



-Catorce años. Repentinamente es un extrovertido. Es confidente y expresivo. Gasta horas discutiendo con sus amigos sobre personalidades y personajes y frecuentemente se identifica con héroes.



-Quince años. Tiene un elevado espíritu de independencia. Es bullicioso, rebelde e impredecible. Tiene tensiones en aumento. Los conflictos con los padres y el personal de la escuela están en aumento. No pareciera, pero a los quince años es el comienzo del autocontrol.



-Dieciséis años. Seguro de sí mismo y tiene una personalidad más balanceada y ajustada. Es alegre, amigable, paseador, bastante ajustado y muestra muy poca rebeldía. Está orientado al futuro y es el prototipo del pre adulto.

miércoles, 5 de agosto de 2009

LA CARTA.

Te vi ayer cuando comenzabas tus tareas diarias. Te levantaste sin ni siquiera orar a tu "Dios". En todo el día no hiciste nada de oración; de hecho, ni recordaste bendecir tus alimentos. Eres muy desagradecido con tu Dios, y eso me gusta de ti. También me agradaba la enorme flojera que demuestras siempre en lo que se refiere a tu crecimiento cristiano. Rara vez lees la Biblia y cuando lo haces estás cansado. Oras muy poco y muchas veces recitas palabras que no meditas.

Por cualquier pretexto llegas tarde o faltas a tus reuniones de formación. ¿qué decir de tus quejas?, al cooperar en la evangelización o diezmo. Todo eso es útil para mí. No puedo describirte como me alegra que en todo éste tiempo en que estás siguiendo a tu Dios, no hayas cambiado tu manera de comportarte.

Tantos años, y sigues como al principio, crees que no tienes nada que cambiar. Me encantas. Recuerda que tú y yo hemos pasado muchos años juntos, y aún te detesto. Es más, te odio porque odio a tu Padre. Solamente te estoy usando para molestarlo. Él me echa del Cielo y yo voy a utilizarte mientras pueda para vengarme de Él. Mira ignorante, tu eres tan idiota que me has cedido tu existencia y yo voy a hacer que vivas un verdadero infierno en vida.

Aún estaremos juntos doblemente, y esto realmente va a dolerle a tu Dios. Con tu cooperación voy a mostrar quien realmente es el que gobierna tu vida. Con todos los momentos rendidos que nos hemos pasado. Hemos disfrutado juntos muchas películas XXX, y ¿qué decir de las veces que hemos ido a los "espectáculos artísticos en vivo?" Aquel día de tu debilidad con aquella persona simpática, ¡que bien nos la pasamos!. Pero más me agrada que no te arrepientes, sino que reconoces que eres joven y tienes derecho a gozar la vida, piensas que solo eres cuerpo y no tienes un alma que guardar para la eternidad. No hay duda: eres de los míos.

Disfruto mucho los chistes colorados que dices, y que escuchas. Te ríes por lo gracioso de ellos, yo me río de ver a un hijo de Dios participando en eso. El hecho es que ambos la pasamos bien. La música, vulgar y de doble sentido que escuchas me encanta. ¿Cómo sabes cuales son los grupos que me gusta escuchar? También disfruto mucho cuando difamas y te revelas contra tu Dios. Me siento feliz cuando te veo bailando y haciendo ese tipo de movimientos que tanto fascinan, ¡cómo lo disfruto! Ciertamente cuando vas y te diviertes sanamente, me desilusionas, pero no hay problema, siempre habrá otra oportunidad.

Hay veces que me haces servicios increíbles cuando das malos ejemplos a los niños o cuando les permites que se desvíen de su inocencia, por medio de la televisión o cosas por el estilo. Son tan perceptivos que fácilmente imitan lo que ven. Te lo agradezco mucho. Lo que más me agrada es que rara vez tengo que tentarte, casi siempre caes por tu cuenta.

Buscas los momentos propicios, te expones a situaciones peligrosas; buscas mis ambientes. Si tuvieras algo de sesos cambiarías de ambiente y compañías; recurrirías a la Iglesia y entregarías realmente tu vida al que dices llamar "tu Dios", y aún vivir más el resto de tus años
bajo la guía del Espíritu Santo. No acostumbro enviar este tipo de mensajes, pero eres tan conformista espiritualmente que no creo que vayas a cambiar.

No mal entiendas, aún te odio y no me interesas en lo más mínimo. Si te busco es porque me agrada tu manera de comportarte y hace quedar en ridículo a Jesucristo.

Tu enemigo que te odia. Satanás, o como me quieras llamar

sábado, 1 de agosto de 2009

ESTO TE HARÁ SENTIR MEJOR

Hace unos años, en las Olimpiadas Especiales en Seattle, Washington,
había nueve corredores del la carrera de 100 metros en la línea de inicio. Cada uno tenía una incapacidad física o mental.

Cuando dispararon la pistola, todos empezaron a correr. No todos con
la misma rapidez, pero con ganas de terminar y ganar.

Todos menos un muchacho que se tropezó en el asfalto, cayó y dio vueltas un par de veces y empezó a llorar. Los otros ocho escucharon el llanto de este jóven.

De repente los ocho empezaron a reducir su velocidad y todos echaron un vistazo para atrás. Todos juntos dieron la media vuelta y regrezaron para ayudarle. ¡Cada uno regresaron!

Una jóven con el síndrome Downs se hincó y besó al muchacho y le dijo, "Esto te hará sentirte mejor."

Los nueve agararron el uno al otro con los brazos y caminaron juntos hasta cruzar la meta.

Cada persona en el estadio se pusieron de pie gritando con alegría por varios minutos. Esta historia se ha comunicado a través de todo el mundo entero.

¿Por qué? Porque esta historia real es uno de los mejores ejemplos de la "bondad" que el mundo ha escuchado.